El balón es el centro sobre el que ha de girar todo

Category: Sin categoría Written by Administrador / 13 octubre, 2016

Todos somos conscientes de que alrededor del balón, todo cobra sentido, por ello que muchos entrenadores, jueguen a tenerlo, a robarlo o a alternarlo, tienen en cuenta el uso que se le de al mismo, ya que en virtud de eso, entenderemos el modelo de juego, los posicionamientos defensivos y aquellas estrategias que utiliza el equipo con el fin de doblegar al rival.
Aspectos destacables en la referencia del balón:
1-El balón debe servir para ordenarnos, cuando lo tenemos para generar y cuando lo perdemos para recuperar.

2-El balón establece la relación entre los compañeros cercanos y los compañeros alejados, estableciendo diferentes funciones correlacionales.

3-El balón permite moverte para tenerlo y permite moverte para recibirlo.

4-La velocidad a la que se mueva el balón, condicionará el ritmo de juego tuyo y el ritmo de juego rival.

5-Es importante saber qué hacer cuando tienes el balón, pero igual de importante es saber qué hacer cuando no lo tengas y saber moverte en virtud de la estrategia con lo que lo utilice el rival.

6-El balón es aquel elemento que dará una mayor importancia a los movimientos de tus compañeros, en función de él, y al estudio de los movimientos de los rivales, podrás tener mayor o menor acierto en el juego.

7-La posesión o no posesión del balón, establecerá la posibilidad de llevar la iniciativa y en muchos casos la posibilidad de llevar o no el control del partido, ya que si tú no tienes el balón, no puedes jugar a aquello que te gustaría y si aquello que te permite la posesión del rival.

8- El balón te lleva muchas veces a poseer o no, un equilibrio racional del terreno del juego, un aprovechamiento de los espacios libres, generados por nosotros o contrarios, que escenifican el equilibrio ofensivo-defensivo.

9- El balón no has de permitir una relación intralínea y una relación interlíneas, que de un sentido al trabajo grupal en pos del trabajo colectivo.

10-El balón también puede determinar una actitud al mismo, en caso de no tenerlo, según la profundidad que manifieste el rival, puede ser de acoso al mismo, de repliegue al mismo o de actitud de organización posicional, para pasar al pressing posterior o contención hasta pérdida rival.

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Desempolvando muchos de los artículos que he leido, he recogido este de Manuel Rodriguez G., que habla del balón como la brújula sobre la que ha de girar el juego.

EL BALÓN COMO BRÚJULA

El balón es el norte, es un elemento neutral para los dos equipos, su posesión es la razón de ser de este juego, con él pasarán siempre cosas distintas, que si no lo tenemos y el partido de fútbol será diferente en función de su mejor o peor administración.
Desde la antigüedad, el balón marca el estilo de los equipos de fútbol con la magia de su movilidad. Es la brújula con la que se guían los jugadores. Sin él, están perdidos, nunca encontrarán un espacio favorable pues se encontrarán fuera de lugar, como no participando en la fiesta del fútbol.
Nos ilustra Maradona: “A mí, jugar con la pelota me daba una paz única…”. Desmond Morris asegura que “El centro de todas las actividades de la Tribu del Fútbol es el balón. En tanto objeto material, su principal propiedad es la “movilidad imparcial”. También Jean Giraudoux poetizaba: “… el equipo da a la pelota el motor de once malicias y once imaginaciones”.
Otras opiniones más industrializadas llegan a concretar que, en un partido de fútbol, en el 65% de los casos, gana el equipo que ha conseguido una mayor posesión del balón. También especifica que un determinado jugador pudiera llegar a entrar en contacto con el balón unas 120 veces como máximo en un partido. Cada contacto puede durar unos dos segundos. Del conjunto de acciones, el 35% pueden ser pases, el 20% controles, un 30% entre disputas en el suelo o por el aire, un 5% serían intercepciones, un 2% sería el número de tiros y el resto, un 8%, se cubriría entre fueras de banda, golpes francos, saques de esquina, etc.
Se dice que el dueño del balón suele ganar los partidos. Sin embargo, hay equipos que su razón de ser, tácticamente, es ceder la pelota al contrario. Se encuentran cómodos sin balón. Juegan al fútbol sin él (¡!), quizás mejor debiéramos concretar que “corren al fútbol” como en su día significaba el entrenador Juan Carlos Lorenzo. Otros, como Alejandro Scopelli, decía: “Entre nosotros, el único que podía jugar sin saber tocarla, era el dueño del balón…”
No obstante, esos equipos que ceden el balón y el espacio para después, cuando lo recuperan, salir en estampida hacia la portería contraria, tratando de llegar muchas veces y marcar gol en un contraataque ideal, también necesitan del balón para culminar. Otra cuestión es si serán capaces de conjugar la velocidad con la precisión, por otra parte uno de los ideales del fútbol. Lo peor es cuando se recupera el balón en un partido de fútbol y no se sabe muy bien qué hacer con él. Porque si tan sólo aportan juego físico y se limitan a lanzar balones hacia delante será como si jugasen a la ruleta rusa. El suicidio deportivo estará a la orden del día…
Me interesa mucho la reflexión de Dave Sexton, entrenador de fútbol, muy amigo también de las simbologías: “No permita nunca que los jugadores olviden la importancia de mover la pelota. Considere al equipo como una molécula: una célula completa que comprende once átomos. Las conexiones que enlazan a estos átomos son los pases: cambian constantemente pero siempre ligan a los once átomos separados para que integren una sola molécula. En el momento mismo en que uno de estos pases falla o sale desviado, la molécula se fractura como un todo, aparecen huecos y la estructura se debilita. A menos que se repare el daño con rapidez, la molécula se deshace”.
Por tanto, hay una evidencia pues la cohesión de nuestro fútbol depende del balón, es el enlace para que la molécula futbolística esté siempre integrada. Esta metáfora de colectividad participativa expresada por D. Sexton, contrasta con la individualidad reinante en el fútbol que empieza a ser exasperante. Lo peor es que se está potenciando por todos y cada uno de nosotros. Siempre buscando “al mejor” de un partido, a un delantero, a un portero; olvidándonos del bloque, de las acciones conjuntas, del equipo.
El balón tiene que ser el que une, el catalizador, el que rompe los egoísmos.

Gracias por compartir!

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